El re-marketing , es una táctica que consiste seguir a los visitantes de un sitio web o usuarios que han realizado alguna acción en redes sociales, pero que no concluyeron una compra inmediata, dirigiéndoles publicidad directa con el fin de que completen la transacción.
Quien ha visitado alguna vez Amazon.com para cotizar algún artículo u Hoteles.com para verificar el precio algún hotel, sabe de lo que hablamos. Luego de salir del sitio, por "arte de magia" el producto que acabamos de ver empieza a seguirnos por toda la web. Aparece como publicidad en nuestro feed de Facebook, en las historias de Instagram o en anuncios de páginas web que no tienen ninguna relación con esta marca.
Para los anunciantes es una forma de mejorar el ROI (retorno de inversión) de sus campañas publicitarias, pues como podemos imaginarnos, este tipo de estrategias tienen buen resultado, al dirigirse a una persona que ya ha mostrado interés en el producto.
Cuando un usuario accede a la página web se instala internamente una cookie, que es un archivo creado con pequeñas cantidades de datos, enviados entre un emisor y un receptor, con el fin de identificar a cada visitante y tener acceso a su historial de actividad.
Una empresa también puede usar estas prácticas para alentar a sus consumidores previos a regresar. Las compañías de seguros de automóviles normalmente envían recordatorios periódicos a las personas que alguna vez tuvieron una póliza con la compañía pero que decidieron cancelarla.
Esta estrategia hace mucho sentido cuando el cliente tiene un presupuesto limitado, pues en lugar de dirigirse al público en general, lo hace hacia quienes han reaccionado con campañas anteriores. El hecho de comentar, utilizar el botón de “me gusta” en una publicación o simplemente presionar a las fotos que publican las marcas, nos hace candidatos para estar en la lista de re-targeting de las empresas.
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